Partido Homenaje a Raul en el Bernabeu

No se me había planteado mejor ocasión, para que mis mellizos conocieran un estadio de fútbol por dentro, que la del Homenaje al ya mítico delantero Raúl, del pasado jueves en el Estadio Santiago Bernabeu..

La idea comenzó bien sólo con disfrutar del recorrido a pié del ese "enorme" Paseo de la Castellana  hasta el estadio, en pleno corazón del paseo y de Madrid, donde miles de hinchas del Real Madrid que portan sus insignias, amenizan con cánticos y dan colorido, se mezclan en avenidas grandiosas con, turistas ataviados con la camiseta de la Selección Española, del Schalke alemán o del árabe Al-Sadd Sport Club, todos luciendo el número "7" a la espalda.


Después de perdernos entre la multitud, saboreando el ambiente, tirarnos muchas fotos y refrescarnos la garganta y merendar en un bar cercano, nos dispusimos a tomar asiento y fué justo en este momento, cuando me percaté de la cara de sorpresa de mis pequeños, que reflejaba que nada tenía que ver aquello, con lo que hasta ahora habían imaginado a través de la tele: -¡que campo más grande!-, lleno hasta la bandera -¡cuanta gente!- y lo más sorprendente todos al mismo grito: "Raúl, Raúl, Raúl" y "Madrid, Madrid, Madrid". Sin discusiones, peleas, ni insultos al equipo contrario ni al propio, ante una mala jugada, lo de menos era el fútbol, lo de más el espectáculo, las emociones a flor de piel y la grandiosidad del estadio.

No puedo negar que nací en Madrid, que me tiran los colores, pero es que ver corear al unísono a más de ochenta mil personas -con lo difícil que es en este país ponernos de acuerdo en algo-, con voces entrecortadas y ojos empañados, me produjo en varias ocasiones un nudo en la garganta, suponiendo además, la emoción que embargaría al propio jugador, a su mujer y a sus hijos (dos de ellos, de siete años, también mellizos, que asistían en el palco al homenaje, disfrutando del respeto y la devoción que en Madrid, y en España, se siente por su padre, y que nunca antes -por su corta edad- habían saboreado.).

Gracias Raul, por las copas que le has brindado al Real Madrid, por torear tan bien de salón -llevando la tradición de España por toda Europa-; gracias por ser el primer jugador que se subió a La Cibeles a ponerle la bufanda blanca, de acallar a otras hinchadas con tus goles; gracias por ser el mejor jugador español de todos los tiempos, por tu palmarés deportivo, copero y goleador, gracias por ser de Madrid, del Real Madrid y madridista y gracias sobre todo por habernos brindado la oportunidad de regalar a mis hijos una noche mágica que recordarán durante toda su vida: -yo estuve allí, en el Santiago Bernabeu, en el Homenaje a Raul-.

Gracias también a quién se afanó en conseguir las entradas y disfrutó con nosotros, aún vistiendo otros colores.Tú también estuviste allí.

Piscinas naturales Cercedilla


Dentro del Area Recreativa Las Berceas, en el impresionante pinar de las Dehesas de Cercedilla se puede pasar un agradable día de campo en Madrid, disfrutando además del baño en las piscinas naturales de Cercedilla, las más altas de toda la Comunidad. 


Se llega atravesando la calle Mayor de Cercedilla, donde se empiezan a ver indicaciones del lugar; hay varios aparcamientos públicos donde dejar el coche, si el primero está lleno continuar al siguiente y así hasta la puerta del Area Recreativa. Allí encontramos las taquillas (tarifas: 6€ para los adultos, 4€ los niños -hasta 14 años-)), donde nos colocarán una pulserita naranja como distintivo de haber efectuado el pago al recinto. Desde allí mas o menos 600metros andando hasta llegar a la zona de piscinas.

Las dotaciones son: vestuarios, baños, zona de picnic (donde llevar tu propia comida y bebida), merendero y dos piscinas.

El merendero, regentado por Vicente (teléfono de reservas: 636226315), ofrece un menú variado y abundante (a elegir entre cuatro primeros y cuatro segundos, más postre o café y una bebida) por 12€ (el menú de niños consta de un plato único a elegir, bebida y postre por 8€), bocadillos a 4€ y latas a 1,80€. Ofrece también la posibilidad de un menú especial para grupos, compuesto de tortilla, barbacoa y paella, más bebida y café o postre, pero no lo recomiendo porque la paella la deben hacer a las 13:00h y te la dan recalentada (al menos cuando yo fui el arroz estaba pasadísimo). Bueno, en lineas generales, eligiendo el menú se come bien, no es caro y son bastante agradables, eso sí, no esperéis lujo, se sirve la comida en bandeja -que hay que ir a retirar a la barra- y las mesas y bancos son de madera, tipo chiringuito.

Los vestuarios están bien, tienen duchas y consigna donde dejar los objetos personales, no así los baños, que son insuficientes para el aforo de la zona.

La zona de picnic también es insuficiente, así que, si no llegas a primera hora (abren a las 10:00h.), no encontrarás mesa (habrá como mucho 8).

El entorno está bien cuidado, es todo de césped (no permiten tumbonas, sillas, mesas o sombrillas). Las piscinas tienen como pega que no hay diferenciada una zona sólo infantil (o una piscina sólo de niños)  de forma que los más pequeños no pueden quedarse solos dentro del agua, pues a pesar de que no cubren en inicio la profundidad va en aumento -hasta llegar hasta los 1,90 metros-. Otra pega es que a lo largo del día, al ser una zona de pinar (y que "muchos" prescinden de la ducha) el agua se va llenando de hojas secas y ramas.

Comentar también que el agua ¡está helada! (estamos en plena Sierra), aunque esto va en beneficio de poderse dar un bañito tranquilo, por que, si el agua estuviese a mayor temperatura y animase más al baño, las dos piscinas serían también insuficientes para la cantidad de visitantes que el área puede llegar a alojar en un día del fin de semana (alrededor de 2.000 personas).

En mi opinión, un sitio recomendable por su privilegiado entorno y por las magníficas vistas, pero para visitar "sólo en días de diario" y abstenerse frioleros. Las piscinas están abiertas desde el 1 de Junio al 1 de Septiembre, así que una otra buena propuesta es visitar la zona a partir de la fecha del cierre de las piscinas: nos privamos de pagar la entrada y de un baño gélido y disfrutamos del entorno comiendo en el merendero, que permanecerá abierto durante todo el mes de Septiembre.

Para más información os dejo el enlace de su página web: http://www.cercedilla.es/webturismo/index.php?familia=area-recreativa-las-berceas

Otras opción de día de campo y piscina, con entornos idílicos en plena sierra de Madrid son: la Piscina natural de Buitrago de Lozoya mucho más económicas, aunque con un aforo similar. Pero si queréis prescindir de piscinas, eso sí con presillas, cascadas y ríos... dos lugares ideales, de acceso gratuito, para pasar un día de campo son  y Las presillas de Rascafria y La Boda del Asno (Segovia) a muy poquitos kilometros de Navacerrada   (pinchar en los enlaces para ver toda la información)

La Boca del Asno (Segovia)

La Boca del Asno es un precioso paraje que se encuentra al finalizar las Siete Revueltas bajando de Madrid a Segovia, descendiendo el Puerto de Navacerrada, totalmente recomendable para pasar un día en familia con niños, pequeños y grandes. Podemos llevar nuestra comida y bebida, nuestras mesas y sillas o una manta para el suelo y también podemos disponer de las mesas con bancos de madera que hay instaladas. 
Nada más llegar al área recreativa, aparcamos el coche, al lado hay un parque con columpios y justo enfrente un merendero (con aseos) donde se puede tomar algún refresco, café, bocadillos y helados, o adquirir bebida para la comida. También hay un prado con mesas y bancos de madera para llevar la comida y bebida de casa, y si se quiere estar más independiente, río Eresma, a través del puente, hay un bosque de pinares, en medio de los Montes de Valsaín, donde a pié de rió con mesa y sillas propias o simplemente una manta en el suelo, con comida y bebida propia, podemos pasar un agradable día. Justó ahí podemos remojarnos los pies, porque el río no alcanza gran altura, eso sí el agua ¡está helada! y hay que tener cuidado con los peques porque hay piedras y rocas. Aconsejo un paseo por los alrededores, es precioso y permite bajar la comida. 


La Boca del Asno ha recibido durante siglos la visita de las gentes de la zona que se acercaban hasta allí para realizar comidas campestres. Incluso los reyes de épocas pasadas, que habitaban en el cercano Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, solían merendar aquí. Hoy día, acuden tanto segovianos (la capital apenas está a 20 kilómetros) como madrileños.  

Os recomiendo, también, en los alrededores, otras dos áreas recreativas, menos concurridas, como son: Los Asientos y El Robledo.

Cómo llegar desde Madrid: Carretera A-6 hasta Villalba, donde tomar la M-601 hacia el Puerto de Navacerrada hasta finalizar las Siete Revueltas (CL-601 KM. 126).

Y no olvides que en Madrid, hay también muchas zonas donde pasar un agradable día de campo, ver:
Un día de campo y playa...
Feliz Verano!